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29.11:

La fragmentación del hábitat

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Habitat Fragmentation

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Los hábitats brindan recursos vitales como comida, refugio, y parejas, que permiten la supervivencia de un organismo. El hábitat de un bosque denso y continuo, por ejemplo, alberga una población de vida salvaje diversa y cuantiosa. Sin embargo, las fuerzas naturales y la actividad humana pueden cambiar un hábitat y tener un impacto en los organismos residentes. La fragmentación del hábitat es el proceso por el cual un hábitat que era continuo se divide en áreas aisladas y más pequeñas. Por ejemplo, una ruta que atraviesa un bosque, crea una discontinuidad del hábitat que puede impedir el acceso a recursos claves para los animales. Otras actividades humanas, como la tala de árboles, puede fragmentar aún más el hábitat. Los organismos que no pueden reubicarse en otro hábitat apropiado se extinguen. Mientras tanto, los organismos sobrevivientes se encuentran en un riesgo aumentado de extinción ya que las poblaciones más pequeñas y fragmentadas tienen menos diversidad genética. Las fuerzas naturales también causan la fragmentación del hábitat. Las fluctuaciones del río, por ejemplo, causan impacto tanto en la vida salvaje terrestre como acuática. La inundación de un río puede bloquear el paso de animales terrestres. Si el río se seca, los animales acuáticos migrantes pueden perder el paso entre cuerpos acuáticos. La fragmentación del hábitat causa el aislamiento de la población, la pérdida del hábitat, y la reducción de la biodiversidad. El efecto de borde es otra consecuencia común de la fragmentación del hábitat. El efecto de borde es un cambio que ocurre en las regiones de transición entre hábitats. Por ejemplo, el borde de un bosque junto a un campo de agricultura es más propenso a incendios. La exposición a la luz en aumento seca la vegetación del bosque, y esto aumenta las posibilidades de un incendio. Ya que la actividad humana es la causa principal de la fragmentación del hábitat, es importante mitigar sus efectos. Por ejemplo, los pasos de fauna, crean caminos para que la fauna cruce a salvo barreras de hábitat causadas por el hombre, como las rutas. La reconexión de los hábitats fragmentados es uno de muchos enfoques en uso hoy para la conservación.

29.11:

La fragmentación del hábitat

La fragmentación del hábitat describe la división de un hábitat más extenso y continuo en áreas más pequeñas y discontinuas. Las actividades humanas, como la conversión de tierras, así como los procesos geológicos más lentos que conducen a cambios en el entorno físico, son las dos causas principales de la fragmentación del hábitat. El proceso de fragmentación suele seguir los mismos pasos: perforación, disección, fragmentación, contracción y desgaste.

La perforación y la disección a menudo ocurren durante las etapas iniciales del desarrollo de la tierra. Por ejemplo, la limpieza de tierras no desarrolladas para construir una casa (es decir, la perforación) o carretera (es decir, la disección) altera el hábitat continuo. La perforación o disección repetida del hábitat, o una combinación de ambos, crea un hábitat cada vez más desconectado – (es decir, la fragmentación).

La contracción y el desgaste suelen ocurrir después de la fragmentación. El desarrollo de la tierra se extiende hasta que las áreas no desarrolladas restantes se vuelven más pequeñas (es decir, contracción) o desaparecen por completo (es decir, el desgaste). La continua destrucción y fragmentación del hábitat reduce la disponibilidad del hábitat, lo que afecta a la biodiversidad.

La tierra fragmentada consiste en hábitats de borde e interior. Los bordes de los hábitats fragmentados son particularmente vulnerables a las perturbaciones ambientales, como las condiciones climáticas severas. Los fragmentos de hábitat más grandes resisten mejor los efectos de los bordes que los fragmentos más pequeños. Los efectos de los bordes se extienden más hacia adentro y amenazan el hábitat interior cuando la relación entre el borde y el hábitat interior es alta.

Los fragmentos pequeños soportan menos biodiversidad porque: 1) los efectos del borde crean inestabilidad en el hábitat, 2) algunas especies requieren un hábitat amplio, y 3) las poblaciones pequeñas y aisladas son insostenibles a largo plazo. Si un hábitat está muy fragmentado, el riesgo de extinción de las especies aumenta a medida que las especies nativas pierden el acceso a un hábitat adecuado. Este riesgo se agrava si una especie no puede viajar entre áreas y el flujo genético está restringido.

La reconexión de hábitats fragmentados ayuda a mitigar los efectos de la fragmentación del hábitat. Aparte de los pasos de fauna, los caminos de piedra reconectan los hábitats ofreciendo parcelas pequeñas de hábitat adecuado entre áreas de hábitat más amplias. Los hábitats significativos y protegidos, como las reservas naturales y los parques nacionales, presentan ambientes seguros para que las especies prosperen sin más actividad humana. Los estudios de fragmentación del hábitat tienen como objetivo comprender sus efectos sobre la biodiversidad y determinar las respuestas adecuadas para reducir sus efectos perjudiciales.

Suggested Reading

Crooks, Kevin R., Christopher L. Burdett, David M. Theobald, Sarah R. B. King, Moreno Di Marco, Carlo Rondinini, and Luigi Boitani. 2017. “Quantification of Habitat Fragmentation Reveals Extinction Risk in Terrestrial Mammals.” Proceedings of the National Academy of Sciences 114 (29): 7635–40. [Source]

Wilson, Maxwell C., Xiao-Yong Chen, Richard T. Corlett, Raphael K. Didham, Ping Ding, Robert D. Holt, Marcel Holyoak, et al. 2016. “Habitat Fragmentation and Biodiversity Conservation: Key Findings and Future Challenges.” Landscape Ecology 31 (2): 219–27. [Source]