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20.5:

La anatomía del músculo esquelético

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Skeletal Muscle Anatomy

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– Los músculos esqueléticos, el tejido estriado bajo el control voluntario del sistema nervioso somático, se encuentra conectado a los huesos por medio de fibras de colágeno llamadas tendones. Están dentro del tejido conectivo denominado epimisio, que distingue al músculo de las estructuras circundantes. En cada músculo esquelético, tal como el biceps braquial, hay numerosos haces celulares, llamados fascículos que además se encuentran envueltos por los ligamentos conectivos, el perimisio. Cada ligamento contiene múltiples células musculares, que están contenidas individualmente en una membrana plasmática conocida como sarcolema Una célula muscular es plausible de descomponerse en miofibrillas, filamentos compuestos de actina y miosina, la unidad funcional denominado como el sarcómero.

20.5:

La anatomía del músculo esquelético

El músculo esquelético es el tipo de músculo más abundante en el cuerpo. Los tendones son el tejido conectivo que une el músculo esquelético a los huesos. Los músculos esqueléticos tiran de los tendones, que a su vez tiran de los huesos para llevar a cabo movimientos voluntarios.

Los músculos esqueléticos están rodeados por una capa de tejido conectivo llamada epimisio, que ayuda a proteger el músculo. Debajo del epimisio, una capa adicional de tejido conectivo, llamada perimisio, rodea y agrupa subunidades del músculo esquelético llamadas fascículos.

Cada fascículo es un haz de células musculares esqueléticas, o miocitos, que a menudo se llaman fibras musculares esqueléticas debido a su tamaño y apariencia cilíndrica. Entre las fibras musculares hay una capa adicional de tejido conectivo llamada endomisio.

La membrana de la fibra muscular se llama sarcolema. Cada fibra muscular se compone de múltiples cadenas similares a varillas llamadas miofibrillas, que se extienden a lo largo de la longitud de la fibra muscular y se contraen. Las miofibrillas contienen subunidades llamadas sarcómeros, que se componen de actina y miosina en filamentos delgados y gruesos, respectivamente.

La actina contiene sitios de unión a la miosina que permiten que los filamentos delgados y gruesos se conecten, formando puentes cruzados. Para que un músculo se contraiga, las proteínas accesorias que cubren los sitios de unión a la miosina con filamentos delgados deben ser desplazadas para permitir la formación de puentes cruzados. Durante la contracción muscular, los puentes cruzados se rompen repetidamente y se forman en sitios de unión más a lo largo de la actina.

Suggested Reading

Rall, Jack A. “Generation of Life in a Test Tube: Albert Szent-Gyorgyi, Bruno Straub, and the Discovery of Actin.” Advances in Physiology Education 42, no. 2 (April 20, 2018): 277–88. [Source]